La Vecinal “Sur”, como lo indica su nombre, queda ubicada al sur de la ciudad. Sin embargo, no se trata del extremo sur, ya que todavía hay otros barrios más allá en esa dirección, y ella coincide en buena parte con el centro cívico y el casco histórico de la ciudad. Así, la Vecinal “Sur” cobija instituciones como la Casa de Gobierno de la Provincia, la Catedral de la Arquidiócesis de Santa Fe, el palacio de Tribunales, la sede la Legislatura Provincial, el antiguo Colegio Inmaculada, fundado y dirigido por los Jesuitas, la Escuela Normal, los Conventos de San Francisco – donde descansan los restos del Brigadier López – y de los Dominicos, la Casa del Brigadier López, entre tantas otras instituciones. También abarca el Parque del Sur e importantes clubes como Ateneo Inmaculada o el Quillá.

El Encuentro se realizó en la Asociación Vecinal Sur Pedro Candioti, ubicada en la histórica Casa Cisterna. Se trata de una vecinal que estuvo cerrada durante 14 años, y que gracias a la iniciativa de un grupo de vecinos hoy ha reabierto sus puertas, y se trabaja fuertemente en la puesta en valor del lugar, ya que se trata de una casa antigua e histórica, pero bastante abandonada.

La reunión contó con la presencia de autoridades vecinales y un importante grupo de vecinos, además de la representación de algunas instituciones.

El diálogo inicial no se da en torno a problemáticas directas del barrio, sino más bien a reflexiones sobre la situación de las vecinales en la ciudad. Esto a raíz de la historia de la institución que nos aloja, cuya Comisión se constituyó hace aproximadamente un año y medio, luego de estar cerrada la vecinal durante 14 años, y que están afrontando todas las dificultades propias de iniciar procesos de este tipo. Destacan que uno de los desafíos principales es la participación ciudadana. Un vecino señala que “antes las vecinales tenías más vida”, y lo asocia directamente a que había más trabajo, a que todos los vecinos tenían una profesión, oficio u ocupación. Otro vecino afirma: “la Vecinal tiene que ser el sindicato de los vecinos”.

Entrando ya a la cuestión de las problemáticas, los vecinos coinciden en que en verano hay zonas con baja tensión eléctrica a causa de déficits de estructura, y todos coinciden en que hay poca presión de agua. Se indica también que, si bien hay muchas líneas de colectivos – en realidad, todas las líneas que existen confluyen en el centro – en general el funcionamiento no es bueno.

Los vecinos del barrio dieron a conocer a Fundación Centro la cuestión que más preocupa al barrio: la inseguridad. De hecho, en zonas del barrio hay cárteles y pasacalles manifestando esta preocupación, hecho que fue iniciativa de un grupo de vecinos.

La primera arista de la inseguridad que se aborda es desdela cuestión de “La Baulera”, la feria popular que funciona en la Estación Mitre los miércoles y sábados. Los vecinos señalan que cuando está La Baulera aumenta la inseguridad. Una vecina recalca: “las tres veces que me robaron fue en la zona de La Baulera y cuando estaba funcionando”. Otra vecina señala: “se vende desde un choripán hasta autos desarmados”. Referentes institucionales afirman que la Municipalidad les ha dicho que nadie tiene capacidad de controlar qué se vende en dicha feria y quiénes están ahí. También señalan que los sábados circulan entre 5 mil y 6 mil personas desde las 10.00 hs. hasta las 18.00 hs. Destacan que no hay presencial policial ni de agentes municipales, que muchas familias vienen con niños que quedan solos en la plaza y que después de la feria queda siempre mucha basura. Una referente institucional comenta que hay grandes puestos que bajan mercadería en cantidades y ponen a personas a trabajar ahí. Es decir, hay casos en las que no hay venta directa de comerciante a comprador, sino que hay mediación patrón-empleado-cliente. Esta persona reflexiona atinadamente: “Esa no es la esencia de una feria popular”.

La otra arista, como sucede en Mariano Comas, tiene que ver cuando juega el equipo de fútbol de primera del Club Atlético Colón, el cual se encuentra ubicado en Av. J.J. Paso y Dr. Zavalla, en el vértice suroeste de la Vecinal, pero ya del lado del Barrio Centenario. Los vecinos afirman que “cuando juega Colón hay que encerrarse”. Esto se debe al caos vehicular, ya que “estacionan en cualquier lado”, a la violencia de los “trapitos” que “son parte de bandas organizadas” y al notable aumento de la inseguridad, especialmente de las entraderas. Advierten que no se ve presencia policial ni de inspectores de tránsito.

Sobre la cuestión de los “trapitos” – personas que ordenan el estacionamiento de los autos motu proprio y de forma ilegal, a cambio de una paga que a veces la determina el cliente y a veces el mismo trapito, que suele tener un tinte extorsivo – referentes institucionales advierten que es un verdadero problema de la zona, ya que en el barrio hay muchos lugares turísticos o de mucha concentración de personas, y hay trapitos permanentemente. Al respecto, más allá de algunos intentos esporádicos del pasado, no hay ningún abordaje gubernamental de la situación.

Respecto de la inseguridad en general, la zona depende en buena parte de la Comisaría 2da y otra parte (más hacia el este) de la Comisaría 1ra. Los vecinos afirman que de Av. General López al sur no se observa patrullaje. Señalan también que las arterias que corren hacia el oeste son zona de fuga de los que delinquen, y que no hay cámaras en puntos estratégicos principales, como podría ser la calle Gdor. Freyre desde Gral. López hasta J.J. Paso, o Dr. Zavalla en el mismo tramo. Advierten por otra parte que hay mucha falta de poda y de iluminación, y en algunos casos aun habiendo luminarias es la falta de poda lo que impide la presencia de luz en la vía pública. Algunos señalan que el Municipio ha dado como respuesta que no es parte de su política podar los árboles.

Sobre la Comisaría 2da, referentes institucionales afirman que cambia muy seguido el comisario (“una vez al mes”), y que por tanto nunca terminan de conocerlo ni el comisario de conocer la zona. Se han manifestado problemas de seguridad también en las salidas de las instituciones educativas, especialmente en la Escuela Normal donde funciona un Instituto Superior en horarios vespertino y nocturno.

En otra línea de problemas, los vecinos denuncian el estado de las calles y las veredas. Hay pozos y baches históricos, que los vecinos llenan de ramas, escombros o lo que encuentren para nivelarlos o señalizarlos. También hay una importante falta de semaforización en lugares estratégicos, como ser las avenidas Freyre, Gral. López y J.J. Paso, o la calle Francia. El gran volumen de autos y motos que circulan, y a gran velocidad, hace que circular peatonalmente sea peligroso desde el punto de vista vial, además del ya mencionado punto de vista de seguridad. Una vecina destaca: “Todos estos problemas que hemos señalado se agudizan para las personas con discapacidad. En Santa Fe para una persona con discapacidad ser autónomo es una aventura”.

Finalmente, se subrayan dos flagelos sociales que dan muestra de la crisis social que Santa Fe está atravesando. Por un lado, la innumerable cantidad de personas que durante las noches se ve “viviendo de la basura”, esto es, “cirujeando” o buscando en las bolsas de residuos “algo que sirva”, o incluso algo para comer. Por otra parte, sobre la calle Gdor. Freyre desde Gral. López hasta Av. J.J. Paso, mujeres y chicas ejerciendo la prostitución. Una problemática que la ciudad ve pasar ante sus ojos hace décadas, pero la cual – aparentemente – no ha tenido nunca un abordaje gubernamental efectivo para generar alternativas de desarrollo de vida a las personas que están en esa situación.