Con casi dos años de trabajo, llegamos a más de 70 reuniones en el marco de la iniciativa “Santa Fe 450: La Capital se escucha”. Esta vez llegamos a «La Esmeralda» para escuchar a los vecinos.

La Vecinal «La Esmeralda» abarca varias zonas que se identifican con diferentes nombres, como UPCN, Magisterio, Esmeralda Este, PROCREAR, Los Quinchitos y Los Centauros. Se encuentra ubicada en la zona noreste de la ciudad, al este de la Avenida Aristóbulo del Valle y es una zona en constante crecimiento y explosión demográfica. En cuanto a su fisonomía, guarda cierto parecido con otras vecinales cercanas como Las Delicias, Altos del Valle y Nueva Santa Fe.

En el Encuentro, llevado a cabo en la Asociación Vecinal, estuvieron presentes los representantes vecinales, así como también algunos representantes de otras instituciones y vecinos del barrio.

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Hay una zona de la Vecinal que se conoce como Barrio Esmeralda Este, y un representante de una asociación civil de allí se hizo presente. Explica que se trata de un FONAVI, y señala que “en los últimos 20 años el barrio ha envejecido, en el sentido de todo se pone viejo y no se renueva, y el barrio se viene a menos”. Se refiere a cosas concretas como el estado de las calles, las luminarias, etc.

Señala que, sin embargo, el gran tema por el que están trabajando es el de las cloacas. La Asociación Civil “Esmeralda Este” tiene un volante en el cual difunde información y un plano que traza el proyecto. Hacen entrega de este volante a la Fundación Centro, y explican que por Güemes hay una colectora hasta tres cuadras pasando French, y que allí dobla. Por eso el proyecto es conectar esa colectora para extender el servicio de cloacas hasta Callejón Funes. Afirman que de ejecutarse este proyecto se verían beneficiadas 700 familias. Además, la conexión cloacal “acercaría al barrio a tener pavimentación”, porque el argumento para no pavimentar es precisamente que todavía no están hechas las cloacas.

Por su extensión y características, las condiciones de vida en toda la extensión del territorio de la Vecinal son muy disímiles. Hay zonas con gas natural y otras sin. Lo propio pasa con la calidad de las luminarias públicas, los materiales de los que son las calles, el estado de los desagües, etc. Así, por ejemplo, Sarmiento está asfaltada, mientras que otras calles tienen un ripio al cual le falta mantenimiento. Los vecinos coinciden que en general hay poca presión de agua y que también a veces hay cortes incluso. También señalan que cuando llueve hay partes del barrio que se inundan o que las calles quedan intransitables. En la misma línea, en cuanto a la conectividad, hay zonas del barrio a donde llega la fibra óptica y otras en donde la única forma de conexión es por radioenlace.

En materia de basura, el camión recolector pasa todos los días, pero hay gente que saca la basura fuera de horario y eso genera microbasurales o también que las zanjas se tapen, favoreciendo las inundaciones pluviales.

Uno de los temas en los que todos coinciden es en el de la inseguridad. Cuentan que en julio de 2022 hicieron un abrazo a la ex Sub Comisaría 8va, y que hace poco el Ministerio creó allí una Comisaría, la N° 27. Sostienen que, a pesar de esto, se ve poco patrullaje. Las modalidades delictivas más comunes son el robo de motos, de celulares en arrebatos o asaltos, robos desde motos (“motochorros”) que se producen con la portación de armas de fuego. Los vecinos afirman que el barrio es zona de cruce entre distintos asentamientos entre los cuales circulan los delincuentes.

En relación a la salud, el barrio no tiene Centro de Salud propio, pero tiene cerca el C.I.C. de Callejón Roca y el Centro de Salud de Las Delicias. En ambos lugares, dicen los vecinos, atienden hasta las 12.00 hs. o hasta las 15.00 hs., según el día. Se necesitan médicos, algo que la Vecinal incluso pidió. El hospital más cercano es el Nuevo Iturraspe, pero la falta de un colectivo que haga este-oeste obliga a la gente a ir de maneras alternativas, muchas veces caminando. Son al menos 30 cuadras.

Uno de los grandes problemas es el tema del transporte, porque el barrio está muy desconectado. La única Línea que entra es el 8, y el 10 va por Aristóbulo del Valle. Sin embargo, como se dijo, la zona es grande, y hay lugares a los que puede decirse que no llega ningún colectivo. Esto implica que hay vecinos que tal vez tienen que caminar 15 cuadras hasta la parada más cercana. Sostienen que el 10 podría ingresar al barrio, y que antes estaba el 21 que cumplía la función de “ronda”, esto es, ingresar al barrio y llevar a los vecinos a las paradas de los colectivos con conexión directa con el resto de la ciudad. Ante la pregunta de cuánto demoran en llegar al centro desde que salen de sus casas, la respuesta es: “una hora larga”.

Junto al del transporte, posiblemente el otro gran tema sea el de la educación. Los vecinos afirman que en el barrio “faltan escuelas”. Sostienen que las únicas escuelas son la N° 42 y la N° 510. Los chicos van a esa, a la Durán (de Altos del Valle), o ya si no a la Stephenson o la República Argentina, que quedan en Guadalupe Oeste. Esta observación de que faltan escuelas llama mucho la atención, porque si hay algo en lo que no se ha observado ausencia en ningún lugar de la ciudad es en la llegada del servicio de educación, allende de la calidad o la disponibilidad de cupos. Posiblemente esté vinculado al crecimiento no planificado e incipiente de la zona, y es sin dudas un asunto importante a atender.

La cuestión social también es preocupante. La Vecinal, por ejemplo, tiene comedor y asiste tres veces por semana a 100 personas.  Tampoco hay demasiado en oferta cultural o deportiva. Sostienen que lo más cercano es el Club Cosmo, de fútbol, o el Club Puchero. En materia de espacios públicos, también hay condiciones disímiles. Esmeralda Este tiene su propia plaza la cual incluso tiene una biblioteca. Por contrapartida, en frente de la Vecinal hay una plaza en un importante estado de abandono.