En Amsterdam, un proyecto liderado por el científico argentino Ernesto Calvo recibió el primer premio en el concurso internacional Bright Minds Challenge (“El Desafío de las Mentes Brillantes”), organizado por la compañía holandesa DSM y la Universidad de Oxford, por su aporte en el campo de las energías renovables, al proponer un modo sustentable de extracción de litio.

“La retribución del premio no es monetaria, pero lo logrado es fundamental porque hemos ganado 500 horas del mejor asesoramiento en materia comercial, financiera e ingeniería. A menudo, aquello que más nos hace falta”, explicó Calvo, que es investigador del Conicet y la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Este método alternativo, desarrollado durante cinco años en el Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía (INQUIMAE) –que pertenece a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA– , propone la utilización de energía solar para realizar la extracción del litio sin recurrir a productos químicos.

“El proceso se inicia con dos esponjas, una que extrae el litio y otra que se ocupa del cloruro, a partir de la salmuera. En un segundo momento se reemplaza la salmuera por una solución acuosa de recuperación y se aplica energía eléctrica a partir de paneles solares (que generan 2600 kilowatts/hora por metro cuadrado). Con esa energía, el cloruro de litio que fue capturado se vuelve líquido. Luego se concentra y se obtiene un producto de altísima calidad con el que pretendemos conseguir grandes cantidades y responder a la industria”, detalló Calvo.

Como parte del premio, los patrocinantes de la competencia –entre quienes se hallan Sungevity, Solarcentury, la Escuela de Negocios de la Universidad de Oxford y Greentownlabs– brindarán asesoramiento al grupo científico argentino sobre análisis de los mercados financieros y las proyecciones de la economía del litio a futuro. Además, se comprometieron a apoyar aquellos aspectos vinculados a la ingeniería de extracción a escala industrial.

“El proyecto, por su visibilidad internacional, permite el acercamiento de grupos inversores”, resaltó Calvo, que llevó adelante la iniciativa junto a Victoria Flexer, del Centro de Investigaciones y Transferencia (CIT) Jujuy; y las becarias Florencia Marchini y Valeria Romero.

El litio es usado en las baterías de los teléfonos celulares, automóviles eléctricos, pilas de marcapasos y relojes, entre muchos otros dispositivos electrónicos portátiles. El 70 por ciento del litio disponible en todo el mundo se concentra en Argentina, Chile y Bolivia, y el material es central en la industria de la electrónica portátil.

“Los celulares serían el mejor ejemplo para ilustrar la irrupción de las baterías de litio en la realidad cotidiana”, explicó el investigador, que añadió que “en los próximos 25 años, nuestras sociedades afrontarán un gran cambio asociado a los automóviles eléctricos basados en baterías de litio. Por lo tanto, de nada vale que el litio permita alimentar teléfonos, laptops, celulares y autos si su extracción contamina”.

“En Catamarca, por ejemplo, se producen de 20 a 30 mil toneladas de litio por año, que son utilizadas ahora principalmente para aleaciones aeroespaciales y también en baterías”, precisó Calvo.

Según indica el Conicet, hay distintas maneras de extraer litio: Australia, el mayor productor a nivel mundial, lo hace mediante minería convencional. En tanto que en Chile y Argentina, que también integran el ranking de los principales productores del mundo junto con países como China, se extrae con un lento proceso de evaporación de agua de las salmueras, en pozos de 200 por 800 metros de área y 30 centímetros de profundidad.

“Nuestra propuesta no necesita evaporar, no demanda pérdida de agua y no contiene sustancias químicas. Es un método que beneficia a la naturaleza y los ecosistemas de la región”, enumeró Calvo.

Por un futuro renovable

En la actualidad, los grandes debates asociados al cuidado del medio ambiente y al calentamiento global giran en torno a la promoción y al desarrollo de las energías limpias como una posible estrategia para revertir la situación del planeta.

El conflicto es bien conocido. Por un lado –representados por Donald Trump, quien sacó a Estados Unidos del Acuerdo de París– se encuentran los partidarios de continuar con la extracción indiscriminada de recursos como el petróleo y el carbón, en la medida en que hay grandes intereses industriales y financieros comprometidos. Por otra parte, se hallan los partidarios de aprovechar las bondades de la naturaleza para desarrollar opciones que sean redituables pero que no continúen dañando al medio ambiente. Sobre todo porque hay insumos que una vez desperdiciados jamás regresan. En el medio de la tensión, el factor económico emerge como uno de los principales argumentos de la renuencia del presidente de EEUU para modificar el rumbo de su matriz productiva.

Sin embargo, “las grandes empresas del mundo comenzaron a echar el ojo en el cuidado del planeta, porque afirman que cuidar el medio ambiente no significa una desventaja económica para nadie. Por el contrario, las energías renovables constituyen un negocio en sí mismas”, aseguró Calvo.

Con este proyecto sustentable, que cuenta con una patente de Y-TEC y Conicet, Calvo asegura que el objetivo es que “en 4 o 5 años tengamos una institución de renombre mundial, que funcione como un imán al que acudan los científicos y los especialistas de todas partes del globo”.

Fuente: Página 12 (04.07.17)