La Vecinal “San Agustín” comprende dentro de su territorio al barrio San Agustín II. Es vecina del barrio San Agustín I que, a pesar de su nombre, queda ubicado dentro de los límites de la Vecinal “Yapeyú Oeste”. Al sur de la Av. Teniente Loza y al este de la Circunvalación Oeste, San Agustín es parte del conglomerado de barrios del extremo noroeste de la ciudad. Se trata de una de las zonas más postergadas, como se verá en el informe.

La Asociación Vecinal se encuentra acéfala. La escuela de referencia para los vecinos es la Escuela Santa Mónica. También hay un Centro de Salud, y hay algunas instituciones intermedias y asociaciones civiles.

El Encuentro con Fundación Centro se realizó en un espacio que temporalmente ocupa la Asociación Civil “Mi Luz” de San Agustín, que nace de un grupo de vecinos interesados en involucrarse con la realidad social del barrio. La reunión contó con una nutrida convocatoria de vecinos, y representantes de la institución anfitriona.

Los vecinos plantean que en el barrio existen todo tipo de problemas y carencias. Partiendo de las cosas más básicas, explican que – por ejemplo – en el barrio no hay agua corriente. Ante la pregunta de cómo es esto posible, nos invitan a abrir una canilla para ver si sale agua o no. Dicen que en los meses de diciembre a marzo esto es habitual todos los años. Cuentan que todos deben comprar agua envasada para todos los usos (incluido lavar) y que muchos van con bidones “a buscar agua a otros barrios”.

Buena parte del barrio tiene calles de tierra. Apenas algunas cuadras en el ingreso han sido asfaltadas, pero sin las obras de cordón cuenta ni desagües. De hecho, no hay cordón cuneta en todo el barrio e incluso hay zonas donde no hay zanjeo. Claramente, esto genera que el barrio se inunde fácilmente.

También hay problemas con las luminarias puesto que no hay. Los vecinos apenas cuentan unas cuatro o cinco nuevas que se instalaron. Fuera de eso, las únicas luminarias en las calles son las que los vecinos colocan afuera de sus casas. Tampoco hay cloacas ni gas natural.

En este punto los vecinos señalan un problema, que expresan de la siguiente manera: “Cuando se anuncian obras para San Agustín, se dice San Agustín en general, pero en realidad son obras que van para San Agustín I, no para San Agustín II”. A continuación – sin dejar de decir que les parece bueno que San Agustín I reciba obras, porque también las necesitan – lamentan que esas obras no lleguen también a su barrio.

En materia de seguridad, como todos los barrios de la zona, los vecinos están disconformes con el cierre de la Comisaría 7ma. Este lugar se reconvirtió en un centro de denuncias. Sin embargo, es el primer barrio del noroeste donde nos dicen que – a pesar de ser justamente un centro de denuncias -, cuando van a realizar las denuncias no se las toman. Sostienen que los derivan a otras comisarías, que son la Sub 17 (Barrio Estanislao López o La Gran China) o la Sub 18 (Barrio Cabaña Leiva). Estamos hablando de 20 cuadras o más según el caso.

Sin embargo, a pesar de esta situación, los vecinos afirman que en le barrio se ve patrullaje “y se ve mucho”. Pero, paradójicamente, afirman que esto no se refleja en una merma del delito. Consultados por las modalidades delictivas, los vecinos afirman que no hay robos ni entraderas. “No hay nada para robar acá”, dicen. Sí, por el contrario, sufren constantemente el hecho de que se produzcan tiroteos entre bandas o individuos, y que en consecuencia haya heridos o muertos. Afirman que en la calle hay mucho consumo de drogas, mucha venta y también muchas armas circulando. De hecho, cuentan los vecinos que “tiros hay todos los días” y que, lamentablemente, la mayoría de estos hechos involucran a gente joven.

Una cuestión que los vecinos denuncian enfáticamente es el permanente robo a las instituciones. Lo expresan con bronca, porque observan que en el barrio hay instituciones como la parroquia o la escuela con una enorme vocación de servicio, pero que parece que no las dejan prosperar al estar permanentemente diezmando su capacidad a través de estos hechos delictivos. En este marco, los vecinos relatan los lamentables hechos sucedidos en la Vecinal, donde una facción violenta decidió tomarla por la fuerza en un episodio donde hubo pedradas y tiros, hecho después del cual la Vecinal quedó acéfala. Al ver que quienes produjeron estos hechos no la tomaron, sino que la dejaron en el abandono, los vecinos concluyen: “No querían la vecinal, lo que les molestaba es que la vecinal haga cosas”. Se trata de grupos mafiosos que operan en el barrio.

En relación a la salud, hay un Centro de Atención Primaria de la Salud en San Agustín I, al cual acuden los vecinos de San Agustín II. En él, las especialidades de pediatría y dentista son atendidas en el momento. A diferencia de todos los lugares que hasta ahora hemos visitado, este centro de salud implementó un sistema de entrega de turnos por la tarde, a partir de las 14.00 hs. Esto evita que la gente tenga que ir a hacer fila en horarios de la madrugada, lo que representa una ayuda por razones de seguridad y también por las bajas temperaturas en el invierno. Se entregan apenas 5 o 6 turnos por día, pero aún así los vecinos dicen que la atención ha mejorado mucho. La misma es de lunes a viernes de 8.00 hs. a 15.00 hs. Sin embargo, es importante decir que San Agustín I no tiene centro de salud propio. Lo que sí hay es un centro comunitario del Movimiento Los Sin Techo que presta algunos servicios de salud.

En cuanto al transporte, no hay colectivos que entren al barrio. La línea más cercana es la número 15. Estrictamente, la misma circula por el barrio o territorio vecinal, ya que lo hace por la Av. Teniente Loza. Sin embargo, para algunos vecinos llegar hasta allí son 10 o 15 cuadras a pie, transitando por calles de tierra y sin veredas. Además, en la parada no hay garita, por lo que la exposición a las condiciones climáticas es total, en un lugar plenamente abierto y en parte descampado. Luego de esto, lo más cercano es la Línea 5 en la Av. 12 de Octubre del Barrio Yapeyú. Los taxis y remises al barrio no entran, y hay pocos remises irregulares a disposición. En definitiva, en materia de transporte, el barrio está incomunicado.

Lo propio pasa con la conectividad a Internet. Se ofrecen servicios caros y malos. Por ejemplo, conectividad por radioenlace de 20 MB a $6.000. Con el cable no pasa lo mismo porque una empresa de cable tiene un acuerdo para distribuir en el barrio desde una especie de cooperativa a bajo costo. Los vecinos pagan $1.800 por mes al momento en que se hizo la reunión.

Por otro lado, buena parte del barrio está sin escriturar. Además, el barrio tampoco figura en el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP), lo que priva a los vecinos de muchas posibilidades, como por ejemplo de acceder al Plan Mi Pieza, que es un subsidio para mejorar la edificación de la casa. Solo la franja ubicada sobre las vías del Ferrocarril Belgrano aparecen registradas en el ReNaBaP como “San Agustín”, y una línea de cuatro cuadras en el extremo oeste del barrio.

Finalmente, el barrio no tiene espacios públicos ni oportunidades deportivas o culturales. Una vecina sentencia con tristeza: “hoy a los pibes les enseñan a agarrar un arma”. El único lugar para ir a jugar al fútbol son los descampados sobre Av. Teniente Loza, al lado del predio de Los Polígonos. Sin embargo, los vecinos destacan una muy importante tarea social de la parroquia – donde actualmente el párroco es el Padre Axel Arguinchona – y también de la Escuela Santa Mónica.