Encuentro de vecinos, comerciantes e instituciones en la vecinal «EL Pozo»

29/11/2021

La Vecinal “El Pozo” contiene dentro de su territorio a un solo barrio, que lleva por nombre el mismo que la Vecinal. Está ubicada en la zona de la costa de la ciudad de Santa Fe, cruzando la Laguna Setúbal hacia el este, pasando la Universidad Nacional del Litoral, y a la vera de la Ruta Nacional N° 168, del lado norte.

El Encuentro se realizó en el Centro Cultural y Deportivo El Pozo, más conocido como el club de fútbol de El Pozo o “el Tricolor”, por los colores blanco, amarillo y negro que lleva en su camiseta. Se trata de una institución que tiene como principal actividad la práctica del fútbol, albergando a tales fines a cientos de niños, niñas y jóvenes de la zona, además de participar en la Liga Santafesina de Fútbol, compitiendo en la Primera División. El mismo queda ubicado en el costado este del barrio, sobre la calle Guillermo Estévez Boero, entre Federico Leloir y Rector Pedro Martínez.

La reunión contó con una nutrida convocatoria en materia institucional, haciéndose presentes representantes de múltiples instituciones del barrio, además de vecinos.

Ficha territorial

Ubicación
Límites

Norte: Rector Plá Cortés
Sur: Dr. Laureano Maradona y Ruta Nacional N° 168
Este: Guillermo Estévez Boero
Oeste: Luis Jiménez de Asúa

Nube de problemas detectados

La reunión comenzó con el planteo de un problema en el que la mayoría de los vecinos del barrio coinciden: los asentamientos que hace más de 15 años se vienen consolidando por fuera de las márgenes urbanizadas del barrio, en terrenos inundables, especialmente el ubicado en el costado noroeste. Según una de las representantes de una institución, “se censaron 56 familias, pero hay más”. Otra representante afirmó que, además de las personas que residen de forma permanente allí, hay personas y grupos de personas que “van y vienen”, residiendo de forma esporádica.

Sobre esta problemática existen múltiples posiciones. En general, hay coincidencia en atribuir a estos asentamientos el ser la principal causante de inseguridad en el barrio. En particular, las posturas oscilan entre quienes consideran necesaria la reubicación de las personas y quienes aspiran a alguna forma de integración, vinculada al desarrollo del trabajo, en especial en relación a la recolección, clasificación y reciclado de residuos, y al mejoramiento de las condiciones de vida a cambio del pago de algún tipo de impuesto.

En relación al abordaje de la problemática, los vecinos coinciden en que nunca han podido reunirse representantes del barrio con autoridades municipales y provinciales a la vez, y más allá de algunas iniciativas aisladas (como la del censo, o la ubicación de una posta policial en el ingreso del asentamiento), no ven un tratamiento decidido de la situación por parte de las autoridades.

Sobre la cuestión de la seguridad, allende el asentamiento, otra representante institucional afirmó que en el barrio hay adolescentes no escolarizados. Hubo coincidencia en que en el barrio existe el narcomenudeo, que la presencia policial en las calles es escasa, que en la comisaría hay detenidos cuya presencia reduce la capacidad de dicha presencia policial y que la iluminación en muchas zonas del barrio es inexistente. Según otro representante, “hay 21 focos que no funcionan en la colectora [Dr. Maradona], sea porque se quemaron o porque roban los cables, y 40 focos en el barrio”. Nosotros mismos pudimos constatar esta situación, dado que la reunión terminó cerca de las 21 hs., y la calle Estévez Boero era una auténtica “boca de lobo”. También se manifestó que desde la Asociación Civil Vecinos B° El Pozo se elevó un proyecto a la Municipalidad y a Provincia para la colocación de cámaras de seguridad en la vía pública, el cual fue desestimado bajo el argumento de que el barrio carecería de fibra óptica, cosa inverosímil siendo que el mismo cuenta con acceso a los servicios de cable e Internet bajo ese sistema. La presencia de cámaras de seguridad en el barrio es dispersa. Tampoco existe un entramado sólido de sistemas de alarmas comunitarias, y la presencia de las mismas también es dispersa y disfuncional.

Otro de los temas que se planteó fue el del transporte público. Este es un tema delicado dada la ubicación del barrio, que – como todos los barrios de la costa – se encuentra por fuera y alejada del resto del ejido urbano que comprende a la gran mayoría de los barrios de la ciudad.

A El Pozo llegan dos líneas, la Línea 2 y la Línea 9. Según una de las instituciones. La primera cuenta con 12 coches y la segunda con 4. Todos los vecinos coinciden en que las demoras oscilan entre 45’ y 60’, y que fines de semana alcanzan la hora y media. Resaltan que la presencia de la sede de la UNL y la afluencia desde la vecina ciudad de Rincón, recargan el sistema, e indican como posible solución que haya más colectivos que salgan directamente desde el barrio. Actualmente, cada dos colectivos, uno sale desde El Pozo.

En materia de salud, El Pozo posee un SAMCo que abre de lunes a viernes a 6 a 20 hs. Todos los vecinos coinciden en la necesidad de que el mismo abra sábados y domingos, y que cuente con una ambulancia propia, ya que la tiene pertenece al 107 (Red Provincial de Emergencias y Traslados) y responde a la central, privando así al barrio de un servicio localizado. La cantidad de habitantes del barrio y su ubicación a la vera de una ruta nacional, sumado a la intensa actividad deportiva del club los fines de semana, amerita la atención de estos reclamos.

Por otro lado, más allá de la presencia en el barrio de instituciones como el club, de las escuelas de nivel inicial, primario, medio y EEMPA, o de la Biblioteca Popular Santafesina para Ciegos, se planteó la ausencia total de propuestas culturales y la necesidad de más propuestas deportivas. En relación a lo primero, una vecina relató el antecedente del CAF, que con un taller de percusión logró una amplia convocatoria de jóvenes, y un grupo de madres sugirió la idea de que debería instalarse un anexo del Liceo Municipal en El Pozo. En cuanto a lo segundo, existe un grupo de “mamis vóley” autoconvocado y autogestionado. También se hizo mención algunos espacios en el barro que podrían destinarse a actividades de este tipo, como ser el playón que está detrás de la parroquia, a la necesidad de un SUM barrial y se recordó que en el marco del programa municipal “Presupuesto Participativo” se había decidido realizar un polideportivo al cual incluso de destinó una partida presupuestaria que nunca se ejecutó. La mayoría de los vecinos considera que la existencia de actividades culturales y deportivas no sólo mejoraría la calidad de vida del barrio, sino que sería un insumo fundamental para la lucha contra las adicciones en los jóvenes y una forma integral de abordar la cuestión de la inseguridad.

Finalmente, se hizo breve mención al problema de la disponibilidad de cocheras, vinculado a un elemento fundamental de la fisionomía del barrio que es la presencia de las 14 torres de viviendas, con 10 pisos cada una y cuatro departamentos en cada piso del 1 al 10, y dos departamentos en las plantas bajas. Al respecto, cada torre tiene situaciones particulares, como por ejemplo la Torre 8 que hace años tiene fuera de funcionamiento uno de sus ascensores.