Encuentro de Vecinos, Comerciantes e Instituciones en la Vecinal “Jardín Mayoraz»

24/04/2022

La Vecinal “Jardín Mayoraz” corresponde al barrio que lleva el mismo nombre. Se encuentra ubicada casi en el centro geográfico de la ciudad de Santa Fe. Por estar a la vera de la Av. Aristóbulo del Valle, se trata de un barrio rico en negocios, ya que la antedicha avenida constituye uno de los principales centros comerciales a cielo abierto de la ciudad. Incluso, hay una asociación nuclea a sus comercios que es la Asociación de Comerciantes de Aristóbulo del Valle. También hay muchos negocios dentro del barrio. En materia institucional, en el barrio hay importantes escuelas, como ser la escuela Antonia María Verna, de gestión privada y con todos los niveles obligatorios, y la escuela primaria de gestión pública Balbina Dominguez, con su secundaria Dr. Mariano Quiroga. También está la escuela de educación media República Argentina.

El barrio cuenta con un club que lo caracteriza, que es el Club Mayoraz, antiguamente club de bochas. Allí fue donde se realizó el encuentro, que contó fundamentalmente con la presencia de vecinos y comerciantes.

Ficha territorial

Ubicación
Límites

Norte: Hernandarias
Sur: Intersección entre Vías del FF.CC. Belgrano y Avenida Aristóbulo del Valle
Este: Avenida Aristóbulo del Valle
Oeste: Vías del FF.CC. Belgrano

Nube de problemas detectados

El principal y unánime reclamo de los vecinos fue por la cuestión de la inseguridad. Afirman que las modalidades delictivas más frecuentes son los robos en la vía pública desde motocicletas (“motochorros”, “que andan de a 3 o 4 motos”, y las entraderas. De hecho, en los días previos a la reunión hubo una entradera que terminó en homicidio de la víctima. Según los vecinos, todos los días hay robos y actos delictivos, y hay mucho temor por parte de la ciudadanía de circular por las calles una vez que oscurece a la tarde. Afirman que durante la noche “el barrio está desierto”.

Jardín Mayoraz no depende de una sola comisaría, sino que según la zona – dicen los vecinos – puede depender de la 8va, la 9na o la 11ra. Sea como sea, los vecinos no están conformes con el funcionamiento de las mismas. Afirman que cuando llaman demoran hasta una hora en venir, y que se ve patrullaje solo de día, pero no durante la noche. En esto coinciden todos los vecinos.

En los comercios de Aristóbulo del Valle, en cambio, la modalidad delictiva más común es la de las “mecheras”, que son personas – en general mujeres – que ingresan como si fueran clientes y hurtan productos, escondiéndolos entre sus ropas o bolsas. Los comerciantes afirman que tienen grupos de Whats App dedicados exclusivamente a la cuestión de la seguridad, y que través de ellos se notifican de los hechos y envían registros fotográficos de las personas involucradas. Esos mismos registros son presentados a la policía, pero sin éxito. Los vecinos afirman que ellos también tienen grupos de Whats App que operan de la misma manera. Sin embargo, una cuestión a destacar, es que sobre Av. Aristóbulo del Valle circula policía caminante, aproximadamente dos por cuadra, y los comerciantes afirman que tiene muy buenos resultados: “Es mejor que el patrullaje. Hay una relación directa entre la presencia de la policía caminante y la disminución del crimen”. Como contrapunto, señalan que esta policía solo está en horario de comercio por lo que, a la noche, la zona queda desprotegida. Al respecto, los vecinos comentan que entre algunos pagan serenos.

En muchas zonas del barrio existen alarmas comunitarias. El uso de las mismas reviste dos problemas. Uno extrínseco, que es que por la falta de poda las luces de las mismas no surten el efecto esperado. Pero hay uno intrínseco, y que es interesante que los propios vecinos lo hayan señalado: a pesar de tener alarma comunitaria, no la usan. Es decir, cuando hay un hecho delictivo, a veces sucede que nadie hace sonar la alarma, o encender las luces, o llamar al 911 o al menos reportarlo en el grupo de Whats App. Al respecto, los vecinos reconocen que hay una falta de compromiso comunitario por parte de la ciudadanía, una falta de responder así sea en lo mínimo (“apretar un botón”) frente a las necesidades del otro.

También, en relación a la seguridad, los vecinos afirman que se observa narcomenudeo, fenómeno que atraviesa cada vez más a toda la ciudad.

En materia de transporte, por la Av. Aristóbulo del Valle circulan las Líneas 4, 10 y 11, y la 10 que no es “Directo” (va solo por la avenida) y la 11, ingresan al barrio. Sin embargo, los vecinos creen que debería haber mayor circulación interna en el barrio, y que hace falta – como reclaman en tantos lugares – alguna forma de conectar el este con el oeste y viceversa. También reclaman mayor frecuencia, ya que observan que la misma es de media hora aproximadamente, y que en las horas pico los coches vienen llenos y a veces tienen que pasar una o dos unidades hasta poder subirse. Un vecino destaca el hecho de que salvo la Línea 4, en general los coches no están en buen estado, y no hay un correlato entre el servicio y la tarifa que se abona.

En cuanto a la salud, los vecinos señalan tres Centros de Salud más o menos cercanos: uno en frente al Centro Cultural “La Redonda”, otro en Barrio Los Hornos y otro en las inmediaciones de la Parroquia Don Bosco. Sin embargo, advierten que todos ellos funcionan de lunes a viernes por la mañana, y que lo más cerca que hay que esté abierto las 24 hs. y reciba emergencias es el Nuevo Hospital Iturraspe. En la zona también ha crecido mucho la presencia de clínicas privadas que trabajan especialidades. Estas funcionan en horario de comercio, pero los vecinos afirman que son de calidad y que, quien pueda tener acceso a ellas, no necesita ir al centro para hacerse atender en esta materia.

Lo propio pasa en general con cualquier rubro del comercio. Como se dijo al inicio, el barrio abunda en cantidad y variedad de comercios, y por ende los vecinos pueden resolver allí mismo cualquier necesidad referida a este tema.

En cuanto a los servicios, los vecinos señalan que no tienen problemas. En el barrio hay luz, agua, cloacas, asfalto, desagües, veredas, etc. Incluso reconocen que hay buen servicio de cajeros automáticos. También la conectividad es buena y “llegan todas las empresas”. Las tarifas por Internet y cable oscilan entre $2.500 y $4.000.

En relación a la educación, los vecinos señalan que las escuelas del barrio son buenas, y que los niños, niñas y jóvenes asisten a ellas y a otras cercanas (como ser, por ejemplo, Nuestra Señora de Luján); y que, no solo esto, sino que a ellas vienen estudiantes de muchos otros lados, inclusive de Monte Vera.

En otro orden de cosas, los vecinos señalan que no hay demasiadas ofertas culturales ni deportivas. En las cercanías del barrio está el Club Unión y Progreso, y en el barrio el Club Mayoraz tiene alguna oferta, como puede ser patín. Se admite que existen tal vez muchas propuestas culturales de orden individual y privado, por ejemplo, “clases de guitarra”, pero no hay nada institucional. Tampoco hay en el barrio espacios públicos. Todos coinciden en que lo que se realiza en Aristóbulo del Valle todos los 9 de julio, que es cortar la Avenida para hacerla peatonal y verter allí propuestas culturales y gastronómicas, es algo bueno y debería implementarse más seguido. La Asociación de Comerciantes incluso tiene la voluntad de realizarlo todos los domingos.

Sobre la Avenida en sí, se observa que presenta problemas viales. La señalización no es buena y no todos los semáforos funcionan correctamente. Hay incluso semáforos peatonales, pero no todos andan. Esto hace que cruzar la misma sea peligroso, especialmente para las personas con dificultades motrices. De hecho, en la Avenida no hay rampas para personas que anden en sillas de ruedas, aunque afirman que esto es una obra que esta pronta a realizarse. Los vecinos reclaman una mejor puesta en valor de la Avenida. Al respecto, hace poco colocaron 36 tachos de basura y desde hace años ya hay instaladas luces LED. Sin embargo, algunos advierten que estas luminarias no son suficientes. Claramente, el gran problema de la zona está cuando oscurece, no solo por la seguridad en sí, si no también por la seguridad vial.