Los Troncos: encuentro de Vecinos, Comerciantes e Instituciones con Fundación Centro

17/05/2022

La Vecinal “20 de Junio” corresponde al Barrio Los Troncos, por lo cual también se la conoce o denomina como “20 de Junio – Los Troncos”. Se encuentra en el noroeste de la ciudad, a la vera de la calle Gobernador Menchaca, que hoy está por estrenar un remozado boulevard, obra largamente necesitada por razones de vialidad e higiene, ya que allí había previamente un importante zanjón a cielo abierto. Se trata de un barrio angosto pero largo, cuya calle principal es Beruti, también actualmente en obras para poner en condiciones el boulevard que allí se encuentra. Sin embargo, como describirá a partir de la voz de los vecinos, por fuera de esas calles el barrio está totalmente necesitado de obras.

El barrio cuenta con un jardín de infantes y una escuela primaria, la Sub Comisaría 12da y el Centro de Salud. También cuenta con un importante club, Los Canarios, que participa de la Liga Santafesina.

Además, en el barrio está la Capilla “Nuestra Señora de Itatí”, allí se realizó el Encuentro. La reunión con Fundación Centro contó con la convocatoria de los vecinos, los representantes de algunas instituciones y comerciantes.

Ficha territorial

Ubicación
Límites

Norte: Gorriti
Sur: Azcuénaga
Este: Circunvalación Oeste
Oeste: Gobernador Menchaca

Nube de problemas detectados

El primer y principal planteo giró en torno al tema de la inseguridad, que se vive en el barrio bajo muchas modalidades. El barrio depende de la Comisaría Sub12da, que está ubicada sobre calle Furlong, en la misma manzana que la escuela y el Centro de Salud, y al lado del jardín de infantes. Sin embargo, los vecinos afirman que esta Comisaría no tiene ni un móvil y que los agentes solo trabajan allí adentro. Por tanto, en el barrio no se observa patrullaje ni presencia policial. Incluso, al lado de la Comisaría hay una plaza “que está hermosa, pero lamentablemente ahí se junta la delincuencia”. También comentaron que la comisaría no tiene teléfono.

Uno de los delitos más habituales, como sucede en muchos barrios, es el robo a las instituciones, que se perpetra sobre todo los fines de semana. Sin embargo, a veces resulta ser cosa de todos los días: “Entre la escuela y la iglesia [que están al lado] robaron 7 veces en una semana”, cuentan los vecinos. Al respecto, señalaron que la escuela tiene alarma pero que cuando suena la policía no va.

Una comerciante, por otra parte, contó que tiene una verdulería y que instaló en la vereda 20 focos de decoración, “como ahora está a la moda y tienen todos los locales”. Sin embargo, esos 20 focos le fueron robados poco tiempo después de instalarlos. En la misma línea, los vecinos denunciaron el robo de cables. Recordaron con especial énfasis una ocasión en que se robaron los cables que nutren de energía eléctrica al Centro de Salud, y que por ser fin de semana y no repararse se perdieron muchos medicamentos que debían ser conservados a bajas temperaturas.

En relación a la salud, los vecinos reclaman que el Centro de Salud solo abre de lunes a viernes y hasta las 14.00 hs. Pero la cuestión principal que plantean es que deben ir en horas de la madrugada a hacer fila para conseguir turno, y que hay una especie de “sala de espera” a la intemperie en la puerta del mismo. “Tenemos que ir a las 4 de la mañana” y dicen, y esperar allí conviviendo con la inseguridad y las temperaturas heladas en las épocas en las que hace frío.

En materia de servicios el barrio presenta varios problemas. Por empezar, las calles que no sean Beruti o Menchaca (que están en obras) son intransitables. No tienen ripio, pero además no se les hace ningún tipo de mejorado. “No pasa nunca la motoniveladora”, señala un vecino. Esto es un gran desperdicio especialmente en una calle como Gorriti que, si bien a esta altura ya no es avenida, bien podría serlo porque sigue siendo de calzada ancha. Sin embargo, el estado de la calle es muy malo. Esta misma observación hace una vecina sobre calle Azcuénaga, ya que señala que sería “estratégico” hacerle un mejorado y un ripiado para generar otra alternativa a Beruti en el tránsito este – oeste y viceversa. En cuanto a las calles que atraviesan el barrio en los sentidos norte – sur y viceversa, todas están en muy malas condiciones. Además, a pesar de que en Beruti se está haciendo una obra importante – un bulevard – la misma “llega hasta Furlong”, señalan los vecinos. En caso de ser así y de quedar la obra incompleta, hay 10 cuadras que quedarían excluidas de esta obra, “donde viven vecinos que también pagan sus impuestos”, agregan.

Varios vecinos también se quejan por el agua. Dicen que es de pozo y que “tiene gusto a salitre y olor a podrido”. También señalan que cloacas hay solo en una parte del barrio y que no hay gas natural. El camión de recolección de residuos, por su parte, pasa todos los días, excepto cuando llueve. Sin embargo, los vecinos señalan que hay mucho cableado de electricidad bajo en las calles transversales, y que esto representa un peligro. Más de una vez el camión cortó los cables. Con las luminarias pasa lo mismo que con el estado de las calles: mientras que sobre Beruti (hasta Furlong) y sobre Menchaca hay luminarias LED nuevas, el resto de las calles están faltas de iluminación. También los vecinos denuncian que hay muchas calles sin zanjear, por lo que las inundaciones cuando llueven son recurrentes. Además, hay muchas zanjas tapadas y existe la falta de solidaridad de algunos vecinos. Denuncian, por ejemplo, que una carnicería tira todos sus desechos (por ej. la sangre) directo a la zanja, o que un local en una esquina construyó una vereda elevada que tapa el desagüe de toda una casa entera, lo que ocasiona inundaciones permanentes.

En cuanto al transporte, al barrio solo llega la Línea 1. Dicen los vecinos que nunca se sabe bien donde para, porque van cambiando permanentemente las paradas. Y reclaman que las demoras son enormes: “Hay que estar en la parada una hora y media antes del horario en el que entrás a trabajar”.

En materia institucional los vecinos denuncian que la Vecinal del barrio no funciona. Relatan que hubo muchas Comisiones Directivas que no trabajaron bien, y que por eso “está quemada”, en relación a su prestigio. Comentan que hace 12 años al menos que no funciona, y que ahora el edificio sede está usurpado por familias.

En relación a la vivienda, los vecinos cuentan que nadie tiene la titularidad de los terrenos, ni siquiera algunas de las instituciones más importantes. Finalmente, en el barrio no hay oferta cultural por fuera de la educación formal, y para la práctica del deporte está el Club Los Canarios, donde se juega al fútbol, y la plaza al lado de la Comisaría como lugar deportivo y recreativo.