Encuentro con sus vecinos, instituciones y comerciantes de la vecinal «Solidaridad y Progreso San Lorenzo»
18/02/2022
La Vecinal “Solidaridad y Progreso San Lorenzo” contiene dentro de sí al Barrio San Lorenzo, y se ubica en la zona suroeste de la ciudad. Rica en instituciones, tiene dos jardines de infantes, una escuela primaria, una escuela secundaria y una escuela de oficios. También hay un Centro de Atención Primaria de la Salud, el Club de Bochas Mitre y el Club San Lorenzo; dos templos evangélicos, una capilla católica, la Vecinal, el Centro Cultural y Social “El Birri” y una subcomisaría. También hay instituciones del Movimiento “Los Sin Techo”.
El Encuentro se realizó en Club San Lorenzo, y asistieron representantes de instituciones, vecinos y comerciantes.
Nube de problemas detectados
Un problema que es estructural pero que en la coyuntura actual se encuentra agravado es el de la inseguridad. En específico, no se trata solo de la inseguridad que sufren otros barrios, vinculada a los robos en la vía pública o las entraderas. En parte del barrio se vive un clima de violencia exasperado a causa de la presencia de bandas delictivas que en el último tiempo ha tenido como consecuencia varios homicidios en la vía pública. Es decir, el barrio actualmente padece de la inseguridad de la violencia en las calles, que le cuesta la integridad física y/o la vida tanto a los involucrados como a las víctimas involuntarias de esta situación.
Sin embargo, no es esto lo primero a lo que apuntan los vecinos. En una primera intervención de un representante de una institución se intenta sintetizar la situación de marginalidad del barrio indicando dos puntos:
1. La conectividad. Se señala que, “aunque no parezca”, es un factor de “mucha segregación”, cosa que se evidenció claramente en la pandemia en el ámbito de la educación. Según el interviniente, se planteó una forma de trabajo para el sistema educativo que suponía que todos tenían acceso a las herramientas y los medios necesarios para ello. Sin embargo, sostuvo, en el barrio esto no era así. Eso produjo el deterioro de los procesos de aprendizaje de muchos niños, niñas y adolescentes. En el caso de niños y niñas, particularmente, se señaló: “Tienen 7 u 8 años y no saben leer. Incluso tienen el título de la escolaridad primaria y son analfabetos”. En ese sentido, esta persona aportó una observación importante: “Medir solo la deserción es falaz, porque muchos chicos continuaron y pasaron de año, pero sin los aprendizajes necesarios”.
Sobre el tema de la conectividad en sí, otros vecinos aportan algunos datos. La empresa que provee al barrio es Luminet. Afirman que, en cierto sector del barrio, aunque no tienen en claro cual, ha llegado la fibra óptica. También sostienen que hay proveedores clandestinos. Una vecina afirma que por cable e Internet paga $3000 mensuales, y otra sostiene que paga $2000. La modalidad de conexión más difundida es por radioenlace.
2. La movilidad. En este punto el interviniente incluye varios aspectos: estado de las calles, acceso del transporte, servicio de recolección de basura, etc. El punto esencial que destaca es el mal estado de muchas calles, especialmente de Juan Díaz de Solís hacia el oeste. Son calles sin asfalto, con ripiados irregulares y sin mejoramientos. En ellas el problema de los basurales a cielo abierto se afronta con retroexcavadoras que juntan la basura, pero a su vez erosionan el suelo haciendo grandes pozos que se inundan. También señala la gran cantidad de cables a causa de las conexiones irregulares. Todo esto confluye en que el transporte público no llegue a buena parte del barrio, ni tampoco lo haga el camión de la basura o la ambulancia y que, en términos generales, sea muy difícil circular en cualquier vehículo e incluso a pie.
Sobre estas cuestiones y otras, intervinieron también los demás vecinos. En cuanto al estado de las calles, señalaron que también es recurrente la presencia de grandes pozos incluso en las calles pavimentadas. A modo de ejemplo, un vecino señaló que en General López y Roque Sáenz Peña hay un pozo “que hace poco cumplió 15 años”, y que los vecinos le “festejaron” el cumpleaños, en una modalidad irónica y pacífica de reclamar por la situación. Todos los vecinos coincidieron también en la problemática de los cableados. En materia de servicios, el barrio cuenta con luz eléctrica pero no con medidores. La iluminación de las calles – según se dijo – en general es buena. El gas natural es muy escaso ya que llega sólo hasta calle San José. De allí hacia el oeste no hay conexión.
En cuanto a la cuestión de los residuos, muchos vecinos reafirmaron lo antes señalado. El camión solo pasa por algunas de las calles asfaltadas. No hay contenedores. Todo esto promueve la formación de microbasurales en muchas esquinas, lo que genera un permanente estado de malos olores, presencia de mosquitos, moscas y roedores. Un representante de una institución afirmó que participó de un estudio de la Universidad Nacional del Litoral que dio como resultado que los vecinos de Barrio San Lorenzo perciben como más insegura la cuestión ambiental que la de la seguridad propiamente dicha. Algunos vecinos reivindicaron esa idea: “No te dan ganas de vivir acá”. Esta situación también tiene como consecuencia la recurrente quema de basura, que es muy nociva para la salud. Si bien la Municipalidad instaló en el barrio una “Estación Verde”, la misma permanece cerrada y no parece aportar a la solución de este problema.
Otro de los problemas importantes que se planteó es el de la titularidad de las tierras. Los vecinos viven allí hace muchos años, pero no tienen la titularidad. Incluso relataron un episodio de estafas vinculadas a este tema, de un presunto agente inmobiliario que vendía tierras cuya titularidad no tenía y, por ende, no podía tampoco vender.
Se señaló también la cuestión del desempleo o empleo precario. Dentro de los empleos más comunes en el barrio se indicaron el de albañil, empleada doméstica y cuidador o cuidadora de personas. También se destacó que hay personas del barrio que alcanzaron títulos profesionales, como el de docente, pero la mayoría de los empleos, se dijo, rondan en torno a la informalidad. Se indicó que el cirujeo también es una forma de trabajo muy presente que ha aumentado especialmente a partir de la pandemia, y que a veces ayuda a mitigar el volumen de los microbasurales. Otra de las fuentes importantes de trabajo de las personas del barrio es el así llamado “trueque” de la Estación Mitre. Se trata de una feria popular donde los feriantes instalan puestos en mesas o en mantas y venden artículos de todo tipo. Esta es una de las ferias populares más grandes de la ciudad de Santa Fe, y queda ubicada en la Estación del Ferrocarril Mitre, en la esquina de General López y Monseñor Zaspe. Sin embargo, allí las condiciones de trabajo son precarias, ya que no se cuenta con agua corriente, hay algunos baños químicos y la luz se obtiene directamente de las líneas que pasan por la calle.
La cuestión del transporte hace también a la marginalidad del barrio. Recientemente hubo un cambio de recorridos que determinó que la Línea 5 no pase más por el barrio. Esto es algo frente a lo cual todos los vecinos se manifestaron en contra, puesto que dicha línea va hacia el Hospital Iturraspe Nuevo. En lugar del 5, ahora pasa la Línea 4 que, según los vecinos, “no te lleva a ningún lado útil”. De todos modos, la última calle por la que pasa es Juan Díaz de Solís, dejando prácticamente a la mitad del barrio sin un acceso directo al transporte. Si bien los vecinos manifestaron que no hay remises irregulares, también expresaron que cuesta mucho que los remises y taxis regulares “entren”.
Una vecina manifestó una gran preocupación por el tema de las adicciones. Partícipe de una institución que trabaja con niños, manifestó que a partir de los 12 o 13 años ya empiezan a consumir. Relató que tienen numerosas experiencias de chicos que asistían a la institución y luego los ven de adolescentes consumiendo, delinquiendo y víctimas de la violencia de ese círculo.
En relación a este tema surgieron dos que están estrechamente vinculados. Por un lado, el tema de la seguridad. Los vecinos se mostraron muy descontentos con el funcionamiento de la Sub Comisaría 10ma, que es la que está en el barrio. Afirman que tienen pocos patrulleros y poco personal, y que en esta época se observa patrullaje y presencia policial en algunas partes del barrio a razón de los hechos relatados al principio de este informe; pero que no es habitual. Sin embargo, señalaron que el 911 tiene un buen funcionamiento. En segundo lugar, muchos vecinos expresaron la necesidad que haya espacios verdes para el uso del tiempo libre y la práctica deportiva. Al respecto, lamentaron el estado de abandono de la plaza que se encuentra enfrente de la capilla.
Si bien no se habló del tema en la reunión, en diálogo con algunos referentes institucionales salió a también a la luz la problemática de la prostitución, que muchas mujeres jóvenes practican en las inmediaciones del barrio al no tener alternativas laborales.
En cuanto a la salud, los vecinos comentaron que el dispensario funciona de lunes a viernes hasta las 17 hs. Sin embargo, muchos no están conformes con el funcionamiento y prefieren ir al del Barrio Chalet, que es un barrio vecino. También comentaron la ambulancia de la Red Provincial de Emergencias y Traslados (107) solo ingresa escoltada por un patrullero, por lo que es difícil acceder al servicio, amén de los lugares del barrio que son intransitables, como ya se señaló.
En cuanto a la cuestión de las inundaciones pluviales, que siempre fue un problema para el barrio, los vecinos reconocen que el desagüe de calle Entre Ríos solucionó en buena parte el tema. Sin embargo, lamentan que los microbasurales y los estados de muchas calles contrarrestan dicho progreso en la materia.
Finalmente, todos destacan el buen trabajo de las instituciones que hay en el barrio. Señalaron que la Vecinal tiene muchas actividades, como ser fitness, boxeo y guitarra. También pusieron en valor la presencia del Centro Cultural “El Birri”, y afirmaron que el mismo recepta a muchos niños, niñas y jóvenes del barrio, ofreciendo oportunidades culturales que hacen bien a la vida de la comunidad.