La asociación vecinal «Candioti Norte» se encuentra ubicada en el corazón del barrio homónimo, situado en la zona centro-este de la ciudad. Junto a su contraparte, «Candioti Sur», conforma la emblemática área de «Candioti». Este barrio residencial alberga numerosas instituciones, tales como prestigiosos colegios, la destacada Fábrica Cultural «El Molino» y la emblemática Parroquia Ntra. Sra. de la Salette, entre otras. Además, en los últimos años, la zona ha experimentado un importante crecimiento en la vida nocturna, gracias a la instalación de diversos bares y locales gastronómicos.

En este marco, la Unión Ferroviaria fue la sede del encuentro con Fundación Centro, que reunió a una nutrida concurrencia de vecinos del barrio.

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El barrio cuenta con todos los servicios. Además, el acceso al deporte y la cultura se da en los clubes de la zona y en espacios privados y públicos, como es el caso del Molino, entre otros.

El primer problema que los vecinos plantearon es que “la Vecinal para que no existe”. Si bien existe y tiene autoridades, los vecinos afirman que no incide en nada en la vida del barrio pero el principal flagelo es la inseguridad.

Hay razones, la zona depende de la Comisaría 3° pero los vecinos afirman que al interior del barrio se observa poco patrullaje. Hay grupos de Whatsapp por este tema, y en los mismos se reportan hechos delictivos a diario. Las modalidades más comunes son arrebatos,  robos desde motos (en modalidad de motochorros), robos a mano armada y entraderas. Todo esto sucede a pesar de que haya alarmas comunitarias, y también a pesar de que el 911 viene “en seguida”, los delitos se consuman igual.

Buena parte de esto los vecinos lo relacionan con el asentamiento que se armó en los terrenos del Ferrocarril Belgrano, al norte de la Estación Belgrano. Allí, afirman, “hay un barrio entero”. Son tierras usurpadas donde las construcciones ya son de materia. Si bien los vecinos no sindican directamente los hechos a la gente que vive ahí, sí afirman que esa zona es una vía de escape para quienes cometen ilícitos en el barrio.

Hay dos temas que, durante la reunión con Fundación Centro, los vecinos asocian a la inseguridad. Uno es la iluminación. Si bien todo el barrio tiene luces LED, la poca poda de árboles o la mala disposición de las luminarias hace que, en definitiva, las calles y las veredas queden a oscuras. El otro tema asociado a la inseguridad es el transporte; las líneas 8 y 14 van por calle Marcial Candioti, y la línea 9 por calle Güemes. Pero los vecinos reclaman más recorridos internos, como era antes el caso de la Línea 2. Justamente, la ausencia de recorridos internos expone a los vecinos a caminar varias cuadras lo que les supone un riesgo de ser presa fácil.

Además, el barrio tiene otros problemas: es el estado de las calles y los desagües porque hay zonas donde no drenan bien y ante fuertes lluvias se inundan las calles, las casas y los vecinos.

Consultados sobre el tema de la nocturnidad, que estuvo en la agenda pública de la ciudad en el último tiempo, los vecinos manifiestan que no es un problema. Por el contrario, consideran que la instalación de bares y locales gastronómicos en la zona ha subido el valor de la misma y favorece a embellecerla mientras que contribuye a la seguridad. Sin embargo, sostienen que hay situaciones que sí son complicadas. En especial, los vecinos apuntan contra los trapitos, que además de realizar actividades ilícitas, muchas veces generan situaciones violentas entre ellos y además ocupan espacios públicos para dejar sus cosas. A esto se suma el problema de los estacionamientos, sobre todo cuando hay gente que asiste a los bares y deja sus autos en la entrada de algún garage.

En la zona hay escuelas de gestión oficial y privada. En general son todas buenas y reconocidas. En relación a la salud, la mayoría de los vecinos tiene obra social y se atiende en el sistema privado.