La Vecinal “General Belgrano” queda ubicada en el centro geográfico de la ciudad, a la vera oeste de la Av. Aristóbulo del Valle y atravesada por la Av. Facundo Zuviría.

En el barrio se encuentra la escuela Gregoria Pérez de Denis, la Parroquia María Auxiliadora, la Biblioteca Popular Bica, el Círculo Veneto de Santa Fe y la futura Asociación Civil Asombro. También el reconocido Club Sportivo Belgrano y la Asociación Vecinal, que entre otras cosas tiene una radio FM.

En este caso se realizaron dos reuniones, una en la Vecinal y otra en el club. Ambas contaron con una nutrida convocatoria en materia institucional, haciéndose presentes representantes de múltiples instituciones del barrio, además de vecinos.

El primer planteo tiene que ver con cuestiones básicas vinculadas al estado del barrio. Si bien gran parte del barrio está asfaltado, los vecinos sostienen que falta mantenimiento y que hay muchos baches, al punto de que resulta imposible transitar esquivándolos todos. Relatan que el mismo se hizo con contribución de mejoras hace 40 años, “y nunca se le hizo un mejorado”.

También señalan que hay un déficit en materia de luminarias, porque solo la calle 1° de mayo tiene luces LED. Sin embargo, también cuentan que el barrio ya se están realizando obras para instalar LED en más lugares. La conclusión es la siguiente: “no atienden pedidos simples”, dice una vecina, y ejemplifica con el cambio de un foco o la necesidad de la poda. Al respecto, otra vecina sugiere que sería bueno que exista un organismo municipal que centralice y coordine los organismos abocados a las cuestiones básicas de la vida de los barrios: luz, agua, gas, luminarias, asfalto, etc. Hay coincidencia entre los vecinos que ven una administración ineficiente del Estado y también falta de control.

Otro tema que indican algunos vecinos es la necesidad de un mantenimiento de las cloacas. Afirman que hace mucho tiempo no se hace en y algunas casas devuelven malos olores en inodoros y rejillas, y cuando llueve incluso devuelven los propios residuos cloacales.

En general, sin embargo, el barrio tiene todos los servicios con un funcionamiento regular: luz, agua, gas y cloacas. También asfalto y cordón cuneta. Sobre esto último, sin embargo, los vecinos señalan que cuando llueven mucho hay calles que se inundan y que el drenaje se hace con bombas de extracción.

En materia de transporte al barrio ingresan las Líneas 11 y 16. Como vienen del norte, a veces sucede que las unidades están llenas y los vecinos deben esperar a la siguiente para poder subirse. El resto de los colectivos circulan los por las avenidas señaladas. Algunos vecinos lamentan la desaparición de la Línea 7, que además de unir la ciudad de este a oeste, atravesaba el barrio en ese sentido y facilitaba el acceso de los vecinos a otros puntos de la ciudad que no sean el centro. El barrio tiene acceso a taxis y remises.

En el barrio hay recolección de basura, barrido y limpieza. Sin embargo, los vecinos advierten que muchas veces no se recoge toda la basura. También, como en buena parte de la ciudad, los vecinos admiten que hay un descuido generalizado por parte de la ciudadanía en esta materia. “Hay poco cuidado de los vecinos del espacio público”, dicen. Al respecto, afirman que no respetan los horarios para sacar la basura, lo que genera que haya residuos dispersos en la vía pública a causa de los perros que rompen las bolsas. También, como sucede en muchas avenidas, es habitual que haya vecinos que dejen las bolsas en el cantero de la Av. Facundo Zuviría.

Sobre estas cuestiones, los vecinos consideran que debería existir algún sistema digital de denuncias fotográficas. Insisten en la falta de eficiencia del Estado, y dejan ver y un gran malestar con la política y una importante desconfianza en la transparencia de la administración pública.

En relación a la conectividad, los vecinos afirman que en general es buena pero que no llegan todos los proveedores, lo que implica que no pueden elegir.

Un tema importante es el de la salud, ya que el barrio no tiene Centro de Atención Primaria y los vecinos deben ir a Don Bosco o al C.I.C. Más allá de que muchos tienen obra social, observan que sería importante tener acceso más directo a un lugar donde se presten servicios básicos como, por ejemplo, tomarse la presión.

Todos los vecinos coinciden en que el tema de seguridad “es lo peor”. Señalan que hay muchos asaltos cuando se transita caminando por el barrio, e imputan los delitos a personas que viven en el mismo barrio, además de otras que vienen de barrios ajenos. También señalan que son frecuentes los robos a mano armada y la modalidad de “motochorros”. También sucede que “chequean autos abiertos”, es decir, prueban si encuentran un auto abierto para poder robar algo de adentro o el mismo vehículo de ser posible. La frecuencia es tal que afirman que se escucha de robos todos los días. Por contrapartida, no se observa patrullaje en la calle y la policía demora en venir. El 911, en cambio, suele venir rápido – dicen -, aunque otros vecinos cuentan de haber llamado y que no hayan venido. Afirman que en la pre-pandemia se observaba una mayor presencia policial que en la actualidad. El resultado de todo esto es que a las noches las calles están desiertas, los vecinos no se animan a circular. “La ciclovía es una boca de lobo”, agrega un vecino.

Como cosa positiva, los vecinos afirman que no se abiertamente que haya narcomenudeo. También es importante señalar que varios grupos de vecinos se han organizado con sistemas de alarmas comunitarias.

En materia educativa, como se dijo, la escuela del barrio es la Gregoria Pérez de Denis. Es una escuela de gestión estatal y allí asisten muchos chicos del barrio, pero es habitual que los niños, niñas y jóvenes vayan también a escuelas de barriadas adyacentes, como puede ser Don Bosco, el Berna o Luján, por citar el caso de algunas de gestión privada. Las referencias sobre la escuela del barrio son muy positivas, especialmente desde la asunción de la gestión directiva actual.

Es importante señalar que desde las instituciones indican que hay buena comunicación y buena repuesta del Distrito Este, que es de competencia municipal. Esto coincide con lo que hemos relevado hasta ahora en todas las vecinales que corresponde a dicho Distrito, el cual funciona en el Prado Español.

Por otro lado, los vecinos tienen como referencia en materia de oferta deportiva y cultural la Esquina Encendida. En realidad, desde el inicio de la pandemia la misma ya no cumple esa función, pero aspiran a que vuelva a serlo ahora que se considera que esa situación ya es un hecho del pasado. Allí, incluso, hay una pileta.

La Vecinal tiene una FM. Además tiene un gimnasio muy bien equipado para la realización de artes marciales, y un salón que se destina a actividades varias como, por ejemplo, zumba. En el barrio también está el Club Sportivo Belgrano, que es un club social y tiene algunas actividades deportivas, como ser patín. También hay una institución que se llama Asombro, donde se brinda apoyo escolar, talleres de la memoria, teatro, y diversas oportunidades culturales para niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. Es una institución sin fines de lucro y aspira a cobijar a las personas que llegan a la institución con necesidades concretas, promoviendo su desarrollo. Es una institución que nació a partir del legado y herencia del escritor y poeta santafesino Arturo Lomello. Además, en el barrio funciona la Biblioteca Popular de la Fundación Bica, que articula con la escuela y de la cual participan casi 400 asociados.

Un diagnóstico que se repite en muchos lugares es la falta de articulación de las instituciones. Todas ellas realizan una tarea enorme en aquello que se desempeñan, pero muchas veces desconocen la existencia de las demás o de las actividades y propuestas que tienen. Esto, claramente, deja inexplotadas ciertas potencialidades que podrían fortalecerse a partir de una praxis de articulación.