Encuentro de Vecinos, Comerciantes e Instituciones en la Vecinal «Nueva Santa Fe»

14/03/2022

La Vecinal “Nueva Santa Fe” es una de las varias que se encuentran en el extremo norte de la ciudad, ubicada más hacia el centro-este, a la vera de la Av. Aristóbulo del Valle. Su nombre no es casual: se trata de una de las vecinales más nuevas de la ciudad, habiéndose constituido formalmente en el año 2012. Su fisionomía también puede dar cuenta de esta característica, ya que el paisaje combina casas nuevas o relativamente nuevas con enormes descampados, los cuales son lotes privados que – se piensa – en un futuro se poblarán.

En el barrio, cuyo nombre coincide con el de la vecinal, hay una sola institución, que es precisamente la Vecinal Nueva Santa Fe. También está el predio donde antiguamente funcionaba Santa Fe Fútbol Club, que ahora es el Predio “La Quinta”, donde entrenan algunas de las divisiones inferiores del Club Atlético Unión. Precisamente en la Asociación Vecinal Nueva Santa Fe se realizó el Encuentro, bajo el tinglado erigido en el terreno que la misma tiene cedido en comodato por la Municipalidad, y el cual hace las veces de los cimientos de lo que será la futura edificación de la Vecinal.

La reunión contó con una nutrida convocatoria, especialmente de vecinos que se acercaron con voluntad de participación ciudadana.

Ficha territorial

Ubicación
Límites

Norte: Callejón Quiroga
Sur: Callejón El Sable
Este: Aristóbulo del Valle
Oeste: Dr. Zavalla

Nube de problemas detectados

Lo primero que cabe señalar es que el barrio dio muestras de estar integrado por vecinos verdaderamente participativos y comprometidos con la realidad de la comunidad en la que viven. De ello dio cuenta en conocimiento cabal de las problemáticas existentes y también las importantes mejoras registradas en los últimos años, por iniciativa de ellos mismos.

Los vecinos expresaron dos sensaciones generalizadas y unánimes: por un lado, la de sentirse abandonados como vecinos de la ciudad. En efecto, un vecino señaló: “nosotros también somos Santa Fe”. Por otro lado, el de ver que las obras necesarias para mejorar la calidad de vida del barrio demoran mucho tiempo, siendo que todos o la gran mayoría pagan sus impuestos.

Uno de los temas mayormente señalados fue el del estado de las calles. La única calle asfaltada es Pedro Espinosa. El resto son calles de tierra, en algunos casos con algún tipo de ripio o de escombrado, pero faltas de mantenimiento. Según un vecino, “hace mucho que no se hace el mejorado de las calles. No hay mejorado ni tampoco escombros”. Los vecinos afirman que especialmente cuando llueve se complica mucho la transitabilidad. Un vecino que trabaja en la construcción relató que suele recoger los sobrantes de escombros y los lleva al barrio para tapar los pozos, pero, como bien él mismo señaló, “así no termino más”. Claramente, el estado de las calles requiere de un abordaje municipal, tal y como está previsto para toda la ciudad.

Sobre la calle Pedro Espinosa también se hicieron algunas observaciones importantes. Por un lado, que la misma está asfaltada hasta una cuadra antes del Barrio René Favaloro, lo que claramente los vecinos consideran como déficit por entender que la obra está incompleta. Por el otro, aún así, señalan que al ser la única asfaltada se circula por ella con mucha velocidad y con una carga importante de tránsito (la del propio barrio sumada al de Barrio Favaloro), por lo que consideran importante la instalación de reductores se velocidad. Finalmente, afirman que la calle en realidad está asfaltada porque la obra la realizó la empresa Vestalia, dueña de los lotes que están al costado del Espinosa. Al respecto, afirman que cuando la empresa hizo la obra solo hizo el cordón cuneta del lado de la vereda que corresponde a sus lotes (vereda norte), y que si bien ellos pidieron a la Municipalidad que – aprovechando la obra y las máquinas – se hiciera el cordón cuneta de la vereda sur, esto no sucedió. Dicha situación la pudimos constatar in situ. Se trata, evidentemente, de un serio problema de coordinación y de planificación estratégica.

Respecto de los servicios, los vecinos fueron contundentes. El barrio cuenta con tres servicios: agua, luz y recolección de residuos. Sobre el primero, señalaron que en algunas zonas del barrio la presión está empezando a bajar. Sobre el segundo, indicaron lo propio en relación a la tensión. Sobre el tercero, afirmaron que el servicio es bueno y es diario, pero no sucede lo mismo con la recolección de pastos. Al respecto, afirmaron que muchas veces cuando se corta el pasto en espacios públicos o en los grandes lotes vacíos, los pastos no se recogen y terminando cayendo en las zanjas, produciendo el tapamiento de las mismas, impidiendo el desagüe.

Sobre el gas natural afirmaron que el mismo llega hasta la Granja de La Esmeralda. Esto quiere decir que el barrio no cuenta con este servicio. Afirmaron, sin embargo, que la obra que consideran prioritaria es la de las cloacas, ya que todos dependen los pozos negros. También destacaron que hay dos obras importantes que se lograron a pedido de los vecinos: por un lado, el estudio hídrico, para determinar qué casas están conectadas la desagüe y cuáles no, y avanzar en las obras correspondientes. Por el otro, la incorporación de 60 columnas luminarias públicas al barrio, de las cuales por ahora hay solo 20. Al respecto, algunos vecinos afirman que la única calle verdaderamente iluminada es Damianovich. Otros sostienen que hay luminarias donde los focos están quemados, que no los cambian presuntamente por no tener repuestos y que tampoco aceden a cambiarlos aún cuando los vecinos ofrecen a comprar el repuesto ellos mismos.

Otro tema importante que se señaló es el de los pastizales. Según la zona del barrio, en algunos lugares los pastos se cortan con regularidad, como ser el caso del lugar donde se hizo el Encuentro o la plaza que están en frente. Sin embargo, hay vecinos que afirman que en otras zonas del barrio esto no es así, y que los pastos crecen por encima del tamaño de una persona. Además, lo mismo sucede con muchos de los lotes que tienen propietario pero que están vacíos. Al respecto, los vecinos afirman que ese es un problema importante en el barrio: sostienen que muchas obras no se hacen porque es poca la gente que allí vive, ya que no se toma en cuenta a los propietarios de los lotes, o porque a la hora de hacer obras no se los participa de los gastos. Una vecina señaló: “Yo entiendo que para ellos es una inversión, pero nosotros vivimos acá.

Por otra parte, los vecinos indicaron la falta de acceso a otros servicios que, en general, de una forma u otra están presentes en todos los barrios. Ya habíamos dicho al comienzo que en el barrio no hay instituciones, por lo que el barrio no tiene Centro de Salud, no tiene comisaría ni tampoco escuelas. En relación a la salud, los centros más cercanos son los de los Barrios Altos del Valle o Favaloro. Sin embargo, al menos los vecinos presentes, casi todos afirmaron atenderse en el sistema privado de salud. Lo propio sucede con la educación. Sin embargo, una vecina señaló que en la escuela privada de Altos del Valle es muy difícil conseguir cupo. También indicaron que está proyectado un jardín de infantes en el vecino Barrio René Favaloro.

Sobre la comisaría, los vecinos explicaron que el barrio depende de la Sub 19, que está en Favaloro. Mientras que algunos afirman que el patrullaje es inexistente otros sostienen que es ocasional. En todo caso, no abunda la presencia policial en las calles. Los vecinos relataron que, a pesar de haber tenido la voluntad de instalar alarmas comunitarias, no pudieron organizarse a tales fines. También sostienen que en el barrio no hay cámaras, y que ya solicitaron al menos la extensión del tendido de fibra óptica y la instalación de cámaras por Aristóbulo del Valle hasta el final de la ciudad, considerando que es un lugar clave en esa zona de ingreso y egreso de la misma.

Los vecinos observan un crecimiento progresivo de la inseguridad en el barrio, especialmente bajo la modalidad delictiva de robos en las casas y a veces también robos a transeúntes en la vía pública. Al respecto, preocupa el crecimiento de usurpación de terrenos en una zona del barrio, que queda apenas al norte de Callejón El Sable. Sobre esta situación, lo que los vecinos piden es que se regularicen las condiciones de la gente que vive ahí, ya que no cuentan con ningún servicio de forma regular, y se desconoce quiénes habitan, y si lo hacen de forma permanente o transitoria. Esto último, consideran, es fuente de inseguridad. A ello se suma naturalmente el déficit en las luminarias, la transitabilidad de las calles, la falta de presencia policial, y todos los factores ya mencionados que se asocian a la inseguridad.

En relación a los espacios públicos, hay varias consideraciones. Por un lado, el barrio cuenta con una plaza ubicada en Damianovich y San Lorenzo. Los vecinos advirtieron que la misma tenía una calesita que fue retirada por la Municipalidad para arreglarla, pero hasta ahora no la han vuelto a colocar. Luego existe una plaza sin juegos, con un proyecto para mejorarla y otro lugar donde está destinado el espacio para la realización de una plaza. De esta manera, a futuro, el barrio contaría con tres plazas.

También en relación al espacio público, uno de los grandes temas es el de Av. Aristóbulo del Valle. Una vecina lo expresó de la siguiente manera: “Para nosotros sería un sueño el cerramiento del zanjón de Aristóbulo del Valle”. Otra vecina señaló: “Hace más de 70 años que no se moderniza Aristóbulo para el Valle”. Lo que sucede es que en dicha avenida a esa altura en el medio hay un enorme zanjón que oficia de desagüe, el cual ni siquiera cuenta con guardarraíl. En el mismo crecen los pastos y se acumula basura, y se han producido numerosos accidentes de vehículos que han caído adentro, incluido un colectivo urbano. También en toda esa zona es muy difícil el tránsito peatonal, ya que existen sólo tres precarios puentes para cruzar el zanjón, y la avenida no tiene veredas, por lo que hay que circular por la calle. También hace falta semaforización y reductores de velocidad, ya que se circula a altas velocidades.

En relación al trasporte, los vecinos afirmaron que ningún colectivo entra al barrio. Sólo pasa la Línea 10 por Av. Aristóbulo del Valle, y las otras opciones son en algunos casos los colectivos interurbanos que vienen desde Laguna Paiva o Montevera.

Finalmente, en materia de propuestas culturales y deportivas – como ya se señaló – el barrio no cuenta con instituciones. Sí, en cambio, tiene una vida comercial que en general permite acceder a los bienes que se necesitan. Si bien no es parte del barrio, en las inmediaciones está el Marcado Frutihortícola, que permite la compra directa a productores los días sábados, y la Granja de La Esmeralda, sobre la cual una vecina afirmó que está “muy abandonada” y pide iniciativas que la revitalicen para el uso de los vecinos.