Encuentro de Vecinos, Comerciantes e Instituciones de la vecinal Pompeya Oeste

01/07/2022

La Vecinal “Pompeya Oeste” es parte de la zona que se conoce genéricamente como “Pompeya”, y que comprende a esta vecinal y a “Nueva Pompeya”. Es la zona centro norte de la ciudad, a la vera este de la Av. Peñaloza y sur de Av. Gorriti.

En la zona hay dos escuelas, un templo evangélico y la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Nueva Pompeya. También son importantes zonas comerciales las que están ubicadas sobre las dos avenidas antes mencionadas.

En encuentro con Fundación Centro se realizó en uno de los salones parroquiales. La reunión contó con la convocatoria de vecinos y también de representantes de las instituciones del barrio.

Ficha territorial

Ubicación
Límites

Norte: Jardín Botánico
Sur: Regimiento 12 de Infantería
Este: Av. Peñaloza
Oeste: República Dominicana

Nube de problemas detectados

El primer y principal planteo de los vecinos tiene que ver con el estado general del barrio en relación a todos los servicios. Afirman que “no hay nada de luces” y que ante los reclamos se les responde que no hay focos para cambiarlas. Tampoco hay cordón cuneta, y las calles que son de tierra no tienen ningún tipo de mejorado. A esto se le suma que el barrio tiene circulación interna de camiones, lo que afecta seriamente al estado de las calles. No hay cloacas ni gas natural, a pesar de que el gas pasa por la Av. Peñaloza. Además, hay agua potable pero no en todo el barrio. Existen zonas en las que los vecinos todavía extraen agua de pozo por medio de una bomba. También existen conexiones clandestinas de agua, lo que afecta a la presión en algunos sectores del barrio. Un vecino remata: “Hace 40 años que no se hace nada”.

Tampoco hay buen servicio de Internet y cable. Los vecinos pagan servicios que son por antena, y la calidad es mala. Las instituciones que hay en el barrio o no tienen Internet o tienen para un uso muy limitado. En cuanto a la recolección de la basura, es diaria, pero algunos vecinos afirman que “hacen lo que quieren”. Con esto se refieren a que no siempre juntan toda la basura que hay, y esto sucede especialmente los fines de semana, feriados y días de lluvia.

En relación a la seguridad, el barrio depende de la Comisaría 26. Sin embargo, los vecinos afirman que no se observa patrullaje. De hecho, la propia comisaría tiene problemas con el estado edilicio, y por tanto se planifica trasladarla, aunque todavía no se sabe a dónde. Esto es algo que preocupa a los vecinos porque ven como cosa necesaria que la nueva ubicación sea en un lugar estratégico. Temen, sobre todo, que la instalen en el Jardín Botánico, pero adentro del complejo, cosa que alejaría aún más a la comisaría de la realidad de las calles. Tampoco se observa un buen funcionamiento de la comisaría tal y como está ahora. Una vecina afirma que fue a hacer una denuncia y tuvo que esperar dos horas y media para que se la tomen.

Inseguridad se observa de todo tipo. Desde la parroquia, por ejemplo, cuentan que hasta hace dos años las puertas estaban abiertas para que los vecinos utilicen el parque de la misma como espacio público, e incluso para que los chicos jueguen a la pelota. Sin embargo, a causa de los robos esto ya no es más posible: “Cuatro veces nos robaron las rejas”, cuenta una referente de la institución. Además, en el barrio se observa narcomenudeo y robos sobre todo en las avenidas, fundamentalmente arrebatos. También se vive un clima de violencia entre bandas. Este clima, lamentablemente, se traslada a las escuelas, donde ha habido episodios violentos; incluso chicos portando armas blancas.

En cuanto al transporte, al barrio no ingresan colectivos. Todos van por las avenidas, especialmente las que recorren norte-sur y viceversa (Peñaloza y Aristóbulo del Valle). Los vecinos señalan agudamente: al haber cada vez más barrios y más gente viviendo en el norte, las unidades vienen llenas. “A veces pasan tres colectivos hasta que podés tomarte uno”. Además, como sucede en muchos barrios del norte, los vecinos acusan la falta de una línea que haga oeste-este y viceversa.

En materia de salud, los vecinos cuentan que el Centro de Salud funcionó hasta el año 2019 en la parroquia. Luego lo trasladaron a su ubicación actual (Gorriti entre República Dominicana y Juan Díaz de Solís). Allí funciona de lunes a viernes de 7.00 hs. a 12.00 hs. Varios vecinos se muestran disconformes con el funcionamiento. Para las emergencias, de hecho, van directamente a la guardia del Iturraspe Nuevo y, para atención de complejidad, suelen concurrir al Sayago (con turno). En el Sayago, precisamente, hay una sola psicopedagoga que es la que atiende a todas las escuelas de gestión oficial del norte. Claramente, esta es una situación que muestra lo desguarecidas que están las escuelas para hacer frente a las situaciones que se les presentan, como la descrita más arriba.

En relación a esto último, una vecina reflexiona adecuadamente: “el grave error en Santa Fe es que educación y salud son dos sistemas paralelos que no se cruzan”.

Finalmente, el barrio casi no cuenta con espacios públicos. Hay una plaza grande en Matheu y San Juan, pero está muy descuidada. Algunos vecinos la usan, pero en general sirve más para que se reúnan los delincuentes durante la noche. Preocupa también el fenómeno de las usurpaciones. De hecho, hay un grupo de vecinos que está dispuesto a tapar un zanjón con tierra para hacer una cancha, pero temen que el destino de ese lugar sea el de nuevos asentamientos. No hay tampoco en el barrio oportunidades culturales ni deportivas. Para esto último, antes de la pandemia muchos iban a la esquina encendida, pero desde que está el vacunatorio eso ya no es posible.