Encuentro de vecinos, comerciantes e instituciones en la vecinal «San Jerónimo»

25/01/2023

La Vecinal “San Jerónimo” corresponde exactamente con el territorio que abarca el FO.NA.VI. San Jerónimo, un complejo habitacional de 11 manzanas conformadas por edificios de departamentos. En el caso de las manzanas que son cerradas, cada una tiene 125 departamentos. Es el caso de 8 manzanas. En las restantes 3, que son abiertas, la cantidad es menor. La ubicación del FO.NA.VI. San Jerónimo es al suroeste de la ciudad, inmediatamente al sur del Estadio “Gral. Brigadier López”, perteneciente al Club Atlético Colón. Por esa razón, al FO.NA.VI. se lo identifica como muy vinculado al equipo de fútbol masculino del club, y como parte de lo que se conoce como Barrio Centenario, más allá de que desde el punto de vista vecinal y barrial son distintos.

El Encuentro con Fundación Centro se realizó en el salón de la Cuasi Parroquia San Jerónimo, y contó con representación institucional de la misma, de Caritas y vecinos.

Ficha territorial

Ubicación
Límites

Norte: Libertad
Sur: Av. Circunvalación
Este: Intendente Irigoyen
Oeste: Rodríguez Peña

Nube de problemas detectados

Uno de los participantes, en un breve recorrido histórico sobre el barrio, realizó una observación que se ha repetido en algunos lugares de la zona oeste: en el origen del barrio la gente estaba muy comprometida con que el barrio y su manzana estén bien. Sin embargo, a partir de la inundación empezó a declinar la voluntad de participación y el compromiso con los espacios comunes. En la misma línea de análisis, continúa la reflexión: “hoy la expectativa de la gente parece ser irse del barrio. El que mejora, se va. Hay una notoria falta de horizonte para todos, pero especialmente en los jóvenes. Esto redunda en un descuido del barrio, que se observa en detalles como el hecho de que las casillas de gas estén vandalizadas. Es un descuido producto de no sentir el barrio como propio”.

Así, uno de los temas es el de la higiene del barrio, que tiene varias aristas. Uno de ellos, como en buena parte del suroeste, es el de la basura. Las manzanas tienen sus contenedores y el servicio de limpieza pasa tres veces al día a vaciarlos. Sin embargo, resulta insuficiente, lo que tiene como consecuencia la presencia de residuos en la vía pública. “Se observa que el barrio está sucio”, dice una vecina.

La otra arista de la cuestión de la higiene son las cloacas y los desagües. Es evidente que en el barrio hay un problema con las cloacas porque en varios puntos del mismo emergen aguas servidas hasta la superficie de la calle. Es un problema sin solución a la vista, puesto que “cuando arreglan en un lado salen cloacas en la otra cuadra”. A eso se suma que hay desagües tapados, lo que dificulta el desagote del agua en los días de lluvia.

Otro de los grandes temas es con el gas. El barrio, en principio, tiene gas natural como servicio. Sin embargo, un problema recurrente tiene que ver con las pérdidas que puedan producirse en un departamento y que, ante la llamada a la empresa correspondiente, se procede al corte del servicio para todo el sector. Los propios vecinos señalan que la medida es razonable, porque con un elemento como el gas deben extremarse precauciones. Sin embargo, no dejan de señalar los enormes inconvenientes que esto trae y que, de hecho, tiene como consecuencia que buena parte del barrio no tenga gas natural. En relación a este servicio, la parroquia tiene un problema particular: hizo toda una obra de instalación de gas para poder tener una cocina con fines solidarios en la zona de salones, pero la empresa no hace la conexión al caño madre. El resultado es que a pesar de tener todo en regla, la instalación no tiene gas natural y no puede dársele la finalidad que estaba prevista.

Con el agua, señalan, hay un problema parecido que con el gas, en el sentido de que hay muy poca presión y cada uno “resuelve como puede”, lo que implica la existencia de conexiones irregulares, entre otras cosas.

En general, respecto de los problemas con los servicios, una vecina observa: “Hay una burocracia que cuando alguien va a reclamar no sabe a dónde hacerlo, y la respuesta más común es «arréglense ustedes»”. Claramente, esta forma de abandono genera desorganización e incluso violencia, porque no promueve una convivencia ordenada entre vecinos. Más aún si se tiene en cuenta que en los FO.NA.VI. la proximidad entre viviendas hace que esa convivencia sea de mucha cercanía.

En cuanto a las luminarias, se han instalado luces LED sobre la calle Rodríguez Peña, pero el resto del barrio – afirman nos vecinos – no está bien iluminado. Al respecto, vuelven a reflexionar: “la sensación es que las cosas que resolverlas individualmente”, y ponen como ejemplo la necesidad de instalar reflectores de forma particular.

En materia de transporte, al igual que en otros barrios del suroeste, hay descontento con las modificaciones que se introdujeron en los recorridos de colectivo. En síntesis, la Línea 4 ya no llega más al barrio y sí lo hace la 5. Pero “la gente no usa el 5, y se va hasta J. J. Paso para tomar el 4”. Muchas personas trabajan en el comercio, y la Línea 4 los lleva hasta la Av. Aristóbulo del Valle (importante centro comercial a cielo abierto), mientras que la Línea 5, no. Otro problema en torno al transporte es que cuando juega Colón el barrio queda incomunicado. Lo mismo habían manifestado los vecinos de Barrio Centenario en la reunión que allí se hizo. En ambos casos, los vecinos manifiestan que el barrio queda todo el día sin transporte y que, además, no hay información clara de hasta donde llegan los colectivos o por dónde pasan. Los vecinos de San Jerónimo sostienen que habría que pensar un recorrido alternativo fijo, por ejemplo, ingresando a Centenario por la zona oeste y tomando un tramo de la Circunvalación, pasando así por el límite sur del FO.NA.VI. Por otro lado, los vecinos sostienen que la Línea 8 (la otra que llega al barrio), no tiene buena frecuencia.

Un aspecto interesante del problema del transporte es que los vecinos sostienes que “hubo un antes y un después en la relación con la Municipalidad desde que se llevaron el 4”. Afirman que el problema fue que la Municipalidad se había comprometido a no hacer nada de manera inconsulta, y sin embargo lo hicieron.

En cuanto a la salud, el barrio tiene su Centro de Salud. Como en buena parte de la ciudad, allí faltan pediatras. Sin embargo, los vecinos sostienen que la gente tiene una relación “familiar” con los médicos y eso es algo muy bueno. En general, la valoración de la atención es positiva.

En materia de seguridad, por el contrario, los vecinos advierten un mal funcionamiento de la comisaría. Allí se encuentra la Sub 1ra que, según los vecinos, es una comisaría “a puertas cerradas”. Afirman que el estado edilicio de la misma es muy malo. Las principales víctimas de la inseguridad, cuentan, son las instituciones, que sufren hechos de vandalismo de manera habitual. Lo propio pasa con las viviendas particulares, en relación a hurtos de cosas que “están a la mano”. Los vecinos lamentan: “se ha naturalizado el hecho de poner rejas, cámaras; se ha naturalizado el tener que prevenir”. También lamentan que ya no haya más policía comunitaria, porque cuando la había funcionaba muy bien.

Uno de los grandes temas, como en buena parte de la ciudad, es el de la venta y consumo de estupefacientes. Los vecinos explican que la venta se opera impunemente. “No están escondidos”, dicen.

Otra cuestión vinculada a la seguridad, al igual que sucede con el Barrio Centenario, es la atinente al conflicto entre los grupos de barrasbravas de Colón. Tal y como se señaló en la reunión de Centenario, no es que cuando juega Colón aumente la seguridad. El problema es que los dos bandos que están enfrentados viven uno en Barrio Centenario y otro en una de las manzanas del FO.NA.VI. Esto, como es de público conocimiento, genera ocasionalmente enfrentamientos violentos, a veces con balaceras incluidas.

En relación al club, por otra parte, también en sintonía con lo dicho en Centenario, los vecinos afirman que no guarda ninguna relación social con el barrio. Los chicos no van al club, los vecinos no lo usan y el club no tiene ninguna iniciativa vinculada a los dos barrios que lo circundan hacia el sur.

En relación a la educación, al igual que con el Centro de Salud, los vecinos cuentan que hay una relación de familiaridad con las escuelas. Sin embargo, como en muchos lugares, se observa una merma en los aprendizajes de los chicos. Hay catequistas que refieren que, por ejemplo, reciben a los chicos con dificultades de lecto-comprensión.

Para la práctica del deporte en el barrio no hay anda, a excepción de una cancha en la zona de los eucaliptos, o alguna de las plazas de las manzanas. Lo propio ocurre en materia de oportunidades para el desarrollo de la cultura.

Finalmente, una problemática realmente importante en un barrio donde el 100% de las viviendas son FO.NA.VI., es la inexistencia o implementación deficiente de los sistemas de consorcios. Los vecinos no logran expresar si es que no hay consorcios o si los hay, pero realizan apenas algunas actividades de limpieza. Este es un tema importante a abordar puesto que los consorcios pueden servir como verdaderos organizadores de la vida del barrio, al tener las características ya descritas. En efecto, en otros barrios similares de la ciudad de observa la enorme diferencia entre aquellos FO.NA.VI. donde los consorcios funcionan y aquellos en los que no.